La alimentación otoñal
En nuestra escuela estamos muy concienciados con la alimentación saludable. Por ello, ofrecemos a nuestros alumnos un menú de calidad, equilibrado y supervisado por la inspección de Sanidad.
Desde esta perspectiva, y teniendo en cuenta la nueva estación que comienza, os ofrecemos una serie de consejos para exprimir al máximo las posibilidades que ésta nos ofrece:
Una buena alimentación nos ayuda a preservar la salud de los más pequeños. Debemos priorizar los productos de temporada y reintroducir alimentos energéticos que habíamos olvidado al llegar el verano.
El primer consejo es que compréis (siempre que sea posible) productos locales / nacionales de temporada. Están más buenos, son más saludables y contienen mejores nutrientes.
Adiós a la sandía, las judías, los albaricoques y las berenjenas, y demos la bienvenida a las jugosas granadas, las sabrosas calabazas, los cítricos y las uvas. Tras unos meses en los que descuidamos un poco la alimentación, nuestro cuerpo sabe lo que quiere, hagámosle caso y redescubramos (como si de un tesoro se tratara) los colores y sabores del otoño.
Los cítricos y las granadas proporcionan vitamina C, la uva nos depura por dentro, los frutos secos contienen mucha fibra (para que el sistema digestivo funcione mejor, y con él nuestra inmunidad).
Podemos empezar a alternar las ensaladas crudas, con purés de tubérculos y calabazas, y debemos alegrarnos de encontrar aún berenjenas, al tiempo que metemos en la cesta de la compra los primeros membrillos (una delicia para el paladar). Y no sé si este año tendremos setas porque está lloviendo muy poco, pero bien seleccionadas pueden constituir una buena fuente de proteínas vegetales de calidad: a los niños les gustan salteadas con jamón, o como guarnición junto a las patatas.
Ya sabemos que los alimentos de temporada son más baratos, especialmente si conseguimos comprarlos directa (o casi) a los proveedores locales. Además son justo los que nuestro organismo necesita.
Todos los que apreciamos el auténtico sabor de frutas y verduras, sabemos que al comer calabazas en otoño, clementinas en invierno, fresas en primavera y tomates en verano, le estamos danto un gusto al paladar. Pero no es tan importante la degustación como el bienestar que nos otorgan.
Ya sabéis: en otoño productos frescos y de temporada, todos los días y (a ser posible) en cada una de las comidas. Les daremos un toque especial a las comidas familiares, y cuidaremos la salud de nuestros peques.
En este enlace encontraréis algunas propuestas interesantes http://www.guiainfantil.com/recetas/cocinar-con-ninos/recetas-de-otono-para-hacer-con-los-ninos/
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