Hasta ahora no sabíamos nada de lo que les pasaba a los bebés por dentro. Una de las primeras cosas que se han descubierto en los procesos emocionales es que, casi todo, se decide desde que el bebé está en el vientre de la madre y hasta que tiene cuatro o cinco años. Dos de estas cosas son fundamentales en la vida de cualquier persona:

• Una, es un cierto sentimiento de seguridad en uno mismo y que nos permite lidiar con el enemigo más atroz que tenemos: el vecino. No hay desafío mayor en la vida. Los grandes especialistas neurológicos de la inteligencia explican claramente que la inteligencia es un subproducto de la relación social. Lo que nos hace inteligentes es el contacto con los demás. Necesitamos una cierta autoestima para poder irrumpir en el resto del mundo, el de los mayores.
• La segunda cosa importantísima que se ha descubierto en los bebés es la curiosidad, que no hay que perder nunca. La curiosidad para lidiar adecuadamente en lo que todos estamos empeñados, aunque no lo queramos admitir, que es conseguir el amor del resto del mundo. Cuando eres pequeñín, la tía, la abuela, el padre, la madre, hasta la vecina, todos dicen que eres fantástico, el más alto, el más inteligente…, pero cuando sales de casa, hay que demostrarlo. La gente no lo da por hecho, ni mucho menos. Y es esta negación maternal, este afecto primario que se desarrolla hasta los cinco años, el que te puede dar la suficiente curiosidad para seguir profundizando en el conocimiento de las cosas y de las personas cuando irrumpes en el mundo de los mayores. Porque puede ocurrir y ocurre con una cierta indiferencia.

En definitiva, que uno de los descubrimientos esenciales, es la importancia de ese entorno afectivo que perdura desde la concepción hasta, más o menos, los cinco años.

Para que un ser humano sea independiente debe haber sido primero un bebé dependiente.

Es fundamental, mantener contacto con los bebés, es muy importante para su desarrollo. Así que hay que sostener en brazos al bebé, sacarlo fuera de casa que conozca entornos diferentes, tocarlo, masajearlo…, en general todo lo que le genere placer, pues los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo del cerebro.